martes, 8 de diciembre de 2009

Y otra noche.

La noche sin sueño es larga como un lametón anunciado. Paso la mano por el pelo (creo que me lo voy a cortar) sacudiendo como para encontrar a ese Morfeo escapado. He estado leyendo, he estado pensando, he dedicado un buen rato a meditar cosas que casi siempre terminan siendo estúpidas. Buenas noches a los noctámbulos que cogen mi mismo gatobús y trepan por sobre las colinas del sueño.

30/10/09

Otra noche

Estoy soñando que me despierto y que me siento ante la pantalla y escribo y me quedo dormido dentro de mi sueño. Y en un nuevo sueño, dentro de mis dos sueños, tengo la pesadilla de que quiero despertarme del segundo sueño, pero no del primero. Y no tengo más remedio que caer en tres vacíos instantáneos para despertar y ver que aun no me he dormido.

3/11/2009

Quiero pensar que a ti te pasará lo mismo.

Escapamos del mundo.
Nos partimos en dos. Tú y yo. Puta prisa, por Dios.
Entonces nos perdemos, huimos, nos vamos separando.
No miramos atrás, sólo queremos correr y correr.

Encuentro arena en la boca, un molesto crujir entre los dientes.
Pero no puedo beber, no puedo.
No puedo parar, no puedo.

Quiero pensar que a ti te pasará lo mismo.
Me muero. Un poco más por ti que por mí.
Y la muerte se me sube a la cara y se me come las cejas,
parte de un párpado, parte de la mejilla, parte de la barbilla.

Consigo parar.
Me ahogo, la sien me va a reventar y noto cómo me laten los ojos.

Quiero pensar que a ti te pasará lo mismo.

Algo se me clava entre las uñas.
He localizado en la carne algo parecido a tu ausencia
y he conseguido arrancar una piel del tamaño de un corazón
pero se ha empezado a descomponer, se ha deshecho en un vuelo,
se ha consumido en un suspiro y, cuando me he querido dar cuenta,
había desaparecido.

Quiero pensar que a ti te pasará lo mismo.

Escapamos del mundo.
Nos echamos de menos. Pero no nos llegamos a ver.
Nos partimos en dos.
Nos destrozamos en la distancia que media entre tu mano y mi palabra.
Tú y yo.
Corriendo a muerte hasta alcanzar el condenado barranco para el salto al vacío.
Puta prisa, por Dios.

Quiero pensar que a ti te pasará lo mismo.

12/03/2009

Noche.

Ponía toda mi ilusión. Un ruído en el estómago lleva un año diciéndome que vale la pena. Algo empujaba, desde un poco más adentro de la puerta del alma, y me sacaba a flote cogido por las orejas. Porque valía la pena. Porque hay mucha gente por la que vivir cosas nuevas. Porque merecen que se les escuche. Porque son mi premio, después de todo.
Y de pronto, una mala ráfaga me dice que he perdido un año. Todo sigue como entonces, no he aprendido nada. NO HE APRENDIDO NADA. Pero, vamos a ver, ¿cuantas prórrogas me he de dar? ¿Por qué puta regla de tres tengo que volver a tragar? No he ganado nada en un año. ¿Quién está conmigo? NADIE, COÑO, NADIE. ¿Debo regalar esta victoria a otros o debo de tragarme la derrota?
Supongo que es miedo. Miedo a perder la costumbre de vivir unas cosas, con una gente, a unas horas. Miedo a perder de vista unas caras que se perderán en el olvido porque el tiempo no tiene escrúpulos y pasa sobre quien sea. Y yo no seré una excepción. Miedo a que mis hijos me digan un día papa, ¿por qué perdiste ese tren? Miedo al olvido.
El olvido es un pozo tan hondo que nunca llegas al fondo pero acabas por olvidar por que comenzaste a caer. Hace frío. No en la casa, en algo que está más adentro de mí que yo mismo. Esta noche es tan triste como una noche de hace ya un año. Esta noche me siento tan sólo como entonces, pero un año más tonto. Esta noche he vuelto a ser huérfano. Supongo que me lo merezco. Debo tener lo que me he ganado. Bien poco.

7/05/2009

Respiremos.

Respiremos.
Cojamos aire y preparémonos para el chapuzón. El mar se pone de pie, no necesitamos lanzarnos. Vendrá a nosotros una pared de agua que nos devorará y, no sabremos en qué momento sucedió, ni cómo, aunque sí por qué, pero nos hallaremos cubiertos hasta arriba, nadando sin remedio. Y luego llegará una costa limpia que nos ofrecerá arena y sol. Y nos secaremos. Y el mar será un recuerdo que borrar.

14/05/2009

Urge un destrozo.

Os necesito, amigos.
Sois el punto de apoyo que mueve mi universo.
Necesito oír cómo respirais, cómo huele vuestra nuca, cómo suena vuestro corazón.
Necesito ocupar un metro a mi alrededor,
un espacio en el que sólo cabe el destello de una mirada,
con vuestra mirada.
Necesito el calor de un cuerpo tenso bajo un fino jersey, bajo una breve camisa.
Me hace falta la presión de la mano sobre el muslo.
Algo de amor.

...

Intento hacerme daño.
Busco provocarme un dolor que justifique una decisión.
Necesito un revulsivo que me reviente por dentro y convierta mi decisión en una cuestión casi médica, en un problema de salud.
Será como cuando dejas el tabaco: "me tengo que quitar de esto".
Necesito la soledad de la caída para necesitar la compañía de la llegada al duro asfalto.
Urge un destrozo para recomponer los muebles.

13/05/2009

Adiós, TeatrAndreu.

Adiós, TEATRaNDREU.

Púdrete en tu soledad.

No quiero echar de menos tu indefensión: han vuelto a dejarte solo. No ha habido un mal mortal que te saliera al paso, a echarte una mano. No ha habido quien se partiera la cara por tu triste porvenir. Siempre ahí, en tu esquina, reponiéndote de todo, siempre curándote de algo y, en el momento de saltar a la lona… solo con su soledad. Querías una familia y hace ya muchos años que sólo tienes una ausencia.

Pero echaré de menos muchas de tus cosas que, al fin y al cabo, son mías. Son de muchos de nosotros que, aunque sigamos juntos, nos miraremos a la cara y sentiremos un poco de vergüenza: la vergüenza del padre que huye cuando el hijo pide socorro.

Echaré de menos verte muchas noches para darte la mano un rato y enseñarte a caminar (tantos años y aun sin saber tú solo).

Echaré de menos la ilusión de que te sientas grande… y seas tan pequeño y tan frágil.

Echaré de menos el hueco en el espacio de cada uno de los que no ya no estaban y estuvieron, de los que ya no estaban y han estado, de los que ya no estaban y no querían estar, de los que ya no estaban porque no supieron estar, de los que ahora estábamos y no hemos estado más… e incluso de los que están porque han de estar, porque quieren estar, porque DEBEN ESTAR… porque se creen que SON tú.

Echaré mucho de menos un sentimiento que, como todos los sentimientos, cuesta de explicar y de medir y de contar. Un sentimiento que si te asomas a la boca, lo ves trepar como un pájaro entre las ramas del corazón (y no me gusta ser cursi).

Tengo acostumbrada la boca a tu nombre y me cuesta borrarlo. Como el hijo que tienes y pierdes bruscamente, queda tu nombre para bautizar momentos en los que debería haber otro nombre.
Adiós, TEATRaNDREU.

Gracias por lo que hemos reído juntos.

Yo quería quererte más, mucho más, pero el amor es así: casi siempre imposible.

Peinaré mi nuevo amor con tu recuerdo, lo vestiré a tu manera, lo llamaré a veces como tú (y le pediré perdón), jugaré a nuestros viejos juegos y cometeremos los mismos viejos pecados. Pero perdóname si siempre, siempre, acabo traicionándote. Y es que mi nuevo amor ha de darme cosas nuevas, ha de llevarme por nuevos caminos, ha de perderme por lugares desconocidos y tiene que hacerme pecar de miles de nuevas formas.

Adiós, TEATRaNDREU.

Por si nos volvemos a encontrar: te amo.

Pero púdrete en tu soledad.

Sant Andreu de la Barca, 9/9/09

A la puñetera mierda.

Falsos hipócritas de lo políticamente correcto,
vendedores de mierda en dulces cucharas,
fabricantes de sonrisas con la raja del culo,
correctísimos demócratas de puñetazo y perdón,
asquerosos vomitadores de exquisitas mieles,
hermosísimos cuajos de reventada menstruación...

id con vuestro falso dios a la puñetera mierda. (uf, qué descanso).

11/06/2009