martes, 13 de abril de 2010

No creo

No creo en los psicólogos,
ni creo en los fantasmas (de todo tipo).
No creo en cosas del más allá (me pilla demasiado lejos)
No creo (ni mucho menos) en los curas.
No creo en la Justicia.
Tampoco creo en Dios.
No creo siquiera en la Familia (ni como institución ejemplar ni como apoyo), utilizada siempre con ese maldito sentido peyorativo.

Realmente no estoy inventando nada nuevo.
Quiero decir, que no soy ni siquiera original.
Ya hace muchos años, Lennon escribió una canción que, poco más o menos, voceaba cosas como las que estoy diciendo.
Y llegaba al extremo final de gritar “no creo en los Beatles” para acabar sencillamente diciendo “sólo creo en MI”
Como digo, ni soy original ni pretendo serlo.
Mi creencia (no tengo escarmiento) no es tan básica ni tan egocéntrica (por decirlo de alguna manera): Yo sólo creo en la gente.
Y así me va.

Creo que por encima de todas las cosas estamos nosotros, la gente.
Y que compartir es una buena doctrina, bien entendida.
Y que disfrutarse es un extremo placer que nunca acabamos de valorar.
Y recordar, una manera de avanzar (sea como aprendizaje o como escarmiento).

Y querer al personal tiene que ser suficiente para sobrevivir un día más.

No puedo concentrarme mucho más. Los conceptos son tan inmensos que me sobrepasan. Pensar en cada momento es tirar de una cadena. Y una cosa lleva a la otra, y un instante, al siguiente.
Y no puedo pasar sólo un segundo por cada uno, necesito paladear cada flash, cada chasquido de neurona, cada olor…

Entonces soy muy pequeño. Soy un punto en cada una de las vidas que alguna vez me han tocado o me han rozado. Porque es tanto tanto tanto…

Vuelvo a tener palpitaciones. Como el que tiene que dejar la bebida, tengo que dejar de recordar.

13/04/2010

1 comentario:

  1. Pero... dejar de recordar es DETENERSE!!!
    Y no quiero, no quiero, no quiero.

    ResponderEliminar